lunes, 13 de junio de 2011
PETER KONG
Juzgar la carrera de un director por una mala película es algo muy injusto. Aunque Branagh se ha ganado un puesto de honor en el olimpo de los bodrios con su horrenda "Thor", este mismo director tiene en su haber películas interesantísimas que conviene no olvidar.
De la misma manera que Branagh, la última película dirigida por Peter Jackson, "The Lovely Bones" fué un batacazo en su carrera, no tanto por su trayectoria comercial sino por sus resultados artísticos. Esa película era un catálogo de errores y defectos, con un director completamente perdido dentro del proyecto al que no supo darle un empaque minimamente lógico.
Unos años antes, Jackson había dirigido la tercera versión de King Kong, un proyecto que había acariciado durante años incluso antes de la trilogía de los anillos y que había sufrido cambios y retrasos en el tiempo, tanto de hecho, que si tienes interés en leer guiones podrás encontrar una versión escrita a mediados de los 90 por Jackson y sus colaboradores que circula por internet.
El éxito de la trilogía posibilitó que Jackson se enfrentase a una nueva versión del Rey Mono desde una visión muy ambiciosa y nunca vista anteriormente. No obstante, Jackson era un miembro más de la legión de cineastas y cinéfilos marcada por el King Kong de Merian C Cooper y Ernest b. Schoedsack y sentía la necesidad de volver a recrearlo.
La película acabó siendo muy maltratada en general tanto por público como por crítica y si bien es cierto que contiene varios errores y defectos que desequilibran el conjunto, tiene para mí muchas otras virtudes y algunos momentos verdaderamente memorables que son los que en el fondo conviene recordar.
.En Nueva York.
Jackson abre la película haciendo una presentación de la gran ciudad a traves de la realidad social posterior al crack del año 29. Dos minutos memorables en el que Jackson se da un paseo por lugares de Nueva York muy reconocibles para el espectador, aunando desarrollo y pobreza a partes iguales. El comienzo con los animales, para momentos después descubrir que estamos en el zoo de Nueva York es memorable.
.Skull Island.
El barco se adentra en un mar de niebla donde les espera la más hostil de las islas con sus escarpados salientes e innacesibles playas. cinco minutos de tensión maravillosamente rodados y con una belleza en la mezcla de maquetas y post digital que te deja bien atado a la pantalla.
.El Sacrificio.
Impresionante la muralla ardiente que separa la isla del poblado. Todo en esta secuencia es tan desproporcionado visualmente que no puedes cerrar los ojos. La escala es imposible. Nadie es capaz de creer que los aborígenes, piedra sobre piedra, han llegado a fabricar semejante muralla. pero en mi opinión, es tan solo una declaración de intenciones del director, planteando al espectador un juego plagado de desmesura "controlada".
.La aparición del Rey Mono.
Entre las sombras del bosque y el juego de luces provocado por el fuego de las murallas, aparece Kong. Jackson aprovecha la agilidad del mono para mostrarlo a la antigua usanza para acabar regalándote el primer plano de un personaje digital más potente que yo he visto nunca. Esa mirada a toda resolución, esas texturas, esos músculos moviendose rítmicamente al ritmo de la respiración....no se puede hacer mejor.
.El encuentro con los dinosaurios.
Esta secuencia es otra declaración de intenciones del autor. Te avisa que el "mas dificil todavía" está por llegar y te regala una secuencia en la que lo verosimil se queda en el primer fotograma y a partir de ahí todo es un pasote. Excepcionalmente rodada y postproducida, me quedo con dos momentos: La caida de los dinosaurios y algun miembro de la expedición por los acantilados y el momento en el que la estampida se convierte en colapso; Masas de toneladas cayendo unas sobre otras con los raptores intentado morder a todo lo que se mueve. Puro cine.
.La verdadera presentación del Rey Mono.
A todo lujo, a plena luz del día, interactuando con Naomi Watts como si de verdad allí estuviese. Weta consigue que no te plantees ni una vez que ese mono no es real. Inmejorable la dirección de Jackson en esta secuencia en la que nos (de)muestra que Kong tiene sentimientos. y muy profundos. Mención aparte merece el entorno del paisaje. Jackson se esfuerza en mostrar al espectador secuencia tras secuencia los restos arquitectónicos de una increible civilización perdida.
La isla interior.
La expedición pasa por todo tipo de penurias para rescatar a la rubia y a su vez pasan por todo tipo de maravillosos paisajes donde el departamento de matte paintings de weta se engrandece, homenajeando al Kong original una y otra vez y a un buen puñado de películas de aventuras de los años 30 y 40.
El Rey de la isla.
Secuencia cascada en la que Naomi Watts descubre a los otros pobladores de la isla, para tener que escapar de ellos y acabar siendo espectador de primera entre los dinosaurios hambrientos y el rey mono. El "más dificil todavía" se queda corto. Apabullante de principio a fin. Lo verosimil no importa. Importan los mordiscos y los golpes. Importa la rubia mil veces a punto de ser comida y siempre rescatada por Kong. El mejor Jackson de todos dirigiendo.
.Regreso al hogar.
Esta secuencia es mi favorita. Despúes de la pelea, Kong y Ann regresan al hogar. Kong asciende una escalera interminable, restos de la civilización perdida mencionada y entra en su cueva. vemos los restos de sus antepasados y entendemos que él es el último de su especie. Y descubrimos que, aunque valiente, Kong es sensible y orgulloso. El Mono se prepara para contemplar la puesta de sol y Anne empieza a comprender. pura poesía cinematográfica.
.El Rey implora.
Anne es rescatada y el mono les persigue hasta la costa, pero es salvajemente atacado y dorgado con cantidades ingentes de cloroformo. El momento en el que el mono está al borde del desmayo y extiende su mano para que Ann suba una vez más es mítico, visualmente bellísimo, pero emocionalmente insuperable. Mucho tiene que decir la partitura maravillosa de James Newton Howard.
El reencuentro.
Tras escapar del teatro, Kong se reencuentra con su bella y en su escapada, hacen un alto en un central park nevado y congelado. Un minuto maravilloso en el que los dos personajes juegan y disfrutan como niños del lago helado, olvidándose por un momento, de la amenaza que les persigue.
.La despedida.
Kong, mortalmente herido, se despide de su amada y con una delicadeza maravillosa, acaricia su pelo por útlima vez, antes de caer al vacío para siempre. Emotiva y muy bien dirigida, Jackson aisla a los dos personajes del agresivo entorno para rodar una secuencia para la historia. La mirada de Kong en su último suspiro arrebatadora. La elegancia de Jackson de no mostrar la violencia de la caida.
King Kong contiene errores. Hay para mi principalmente uno de casting que es la presencia de Jack Black. Su personaje es motor de la historia porque debe contener la esencia del mal que destruye al Rey Mono, La avaricia, la codicia y el símbolo de la invasión del hombre en la naturaleza, que es en el fondo, de lo que la película trata.
Black no puede con el personaje, no consigue estar a la altura y por alguna extraña razón, Jackson considera que cuando este actor hace acto de presencia, hay que dotar la secuencia con tintes de "comedia", con el resultado de algo burdo y fuera de contexto. Cada vez que Black aparece, la película pierde muchos enteros y el conjunto de desluce.
Hay otros errores de realización, como es la secuencia de la llegada de la expedición al poblado indígena, en el que "sufrimos" una falta clara de planificación, con escasez de ideas y exceso de planos aberrantes (muy de la cuerda de Jackson por otro lado) y ralentizados, pero afortunadamente es algo muy aislado dentro del conjunto de la película.
No considero King Kong una obra maestra, pero me parece una película encantadora, un bello homenaje al original y a todas las grandes películas de monstruos y en general, de aventuras. Y también me parece un memorable ejemplo de como tratar el exceso, el todo por el todo, el "no se vayan todavía, aun hay más". Algo que directores como Michael Bay podrían aprender, aunque fuera solo un poquito.
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