OLIVIA Y EL HD

siempre me he considerado un gran amante de la tecnología, pero con limitaciones. Me explico: si tengo ante mí el último ipad soy capaz de salivar durante un buen rato pero al final nunca me lo compro. unas veces por cuestiones monetarias y otras por una restricción autoimpuesta que es un poco talibán.

El caso es que me jode que los aparatos caduquen con tanta rapidez. Amo todas las máquinas que van apareciendo y que deseo tener pero me resisto a desprenderme de las que ya tengo. por poner un ejemplo, mi reproductor de dvd ha sido hasta ahora un portatil mac del año 2002 al que un día le falló la pantalla (y que además fué arrancada de cuajo) y que ha cumplido fervientemente sus tareas día a día.

Pero ,pobre de él, acaban de darle calabazas porque su amo ha caído en el sorprendente y maravilloso mundo de la alta definición.

Y es que no hay color; y eso que los contenidos que veo no son fullHD; tan solo puedo ver contenidos 720p; pero me vale.Adiós, querido Mac. has sido un buen compañero de fatigas.

Ayer estrené mi nuevo reproductor viendo el último capítulo de "Fringe"; ¡Madre mía!. La pobre Olivia no podía ocultar sus imperfecciones (perfectas) ante mis ojos. Los poros de la piel de Walter Bishop eran cráteres lunares. espectacular. Impresionante. y eso que todavía no he tenido oportunidad de ver ningún largo rodado en cine.

Solo hay una cosa que empaña tanto goze y esparcimiento y que no comprendo:

¿por qué puedo comprar un disco duro multimedia, del cual la SGAE se vá a llevar una buena pasta, que algerga un sistema operativo que LLEVA INCORPORADO un software de descargas (torrent concretamente, es decir, gratuitas) , mientras la Ministra de cultura se empeña en prohibir las webs que permiten esas mismas descargas?.

Algo huele a podrido en Dinamarca.